MANIFIESTO
El Taller Fotográfico Prisma no es más que un espacio.
Se trata de un escenario experimental en el que los asistentes pueden, y deben, adquirir conocimientos sobre fotografía, poner a prueba los que poseen, compartirlos con otros y atreverse a crear más.
Esto se entiende mejor cuando se explica las dos ideas, sencillas por lo demás, que cimentan las bases del Taller, a saber: el conocimiento es libre y se construye horizontalmente.
La primera explica nuestras dinámicas. Explica por qué el taller crea y comunica sus contenidos de forma gratuita y por qué sus actividades carecen de ánimo de lucro. Nosotros consideramos que, si poseemos o podemos adquirir algún conocimiento útil sobre fotografía, así se trate de una mera idea, es nuestro deber estructurarlo y comunicarlo para que otras personas, los asistentes al espacio, puedan beneficiarse también.
Esto significa, además, que no hay cuotas ni obligaciones. Cada asistente es libre de participar tanto como quiera, de elegir la medida en que se comprometerá con el espacio y de renunciar cuando lo desee.
La segunda idea explica la forma que adopta este escenario experimental. Nosotros pensamos que el conocimiento no emana de una fuente divina, así que no es deber de los asistentes bañarse en su gloria. Así las cosas, acá no hay autoridades que deban ser seguidas ciegamente; carecemos de catedráticos o conferencistas y, aún si los hubiere, renunciamos a sus servicios cuando intermedia una relación de valor monetario.
El Taller considera, eso sí, que todos los asistentes al espacio, como sujetos críticos y ávidos de saber, son capaces de buscar conocimiento, crearlo por su cuenta cuando es necesario, evaluarlo, socializarlo y, dado el caso, someterlo a discusión. En otras palabras, pensamos que todos tienen algo valioso por aportar, así que exhortamos a los asistentes a tomar su saber, darle una forma concreta y comunicarlo para que los demás podamos acceder a él.
La logística del Taller Fotográfico Prisma fue, es y será tan sencilla como las ideas que lo sustentan.
Se sugiere un programa en el que se aborden unos temas concretos, inicialmente sobre fundamentos de fotografía; se abre el espacio para que los asistentes propongan más temas o prescindan de los que consideran innecesarios; luego, los mismos asistentes eligen, si así lo desean, el tema que les gustaría asumir y presentar; se crea un calendario en el que se socializan y discuten los temas, pero en el cual se contemplan también actividades relativas a cada uno; finalmente, cuando el programa ha sido abordado en su totalidad, la dinámica vuelve a empezar, sugiriéndose un nuevo programa para ahondar en nuevos temas.